tiendo al olvido.

Intento sacar todo lo bueno de mi, pero sigo siendo yo en el fondo, a pesar de todo ello siempre tendré un apoyo incondicional que espero que jamás me falle. La bipolaridad apesta, al igual que tu sinceridad. No eres hombre de palabra, lo tengo muy claro, siempre has sido igual... sin embargo dices notar tu cambio, pero querido careces de valor. Aun no sabes lo que es la amistad, y en lo que consiste. Yo si lo sé, es más puedo estar orgullosa de mi compañía, saben apreciarme y valorarme, suelen estar en mis peores momentos, también en los buenos, nunca fallan, son los más indicados, los mejores. Y es por eso por lo que me siento orgullosa de presumir de ellos, porque me saben aconsejar y apoyar, saben dejar las cosas claras y jugársela por mi, son expertos en sacarme sonrisas. Tu eres todo lo contrario, he de recordarte que no solías estar en mis malos momentos, te daban igual, yo solía perdonártelo.
Y bien, todo tiene un inicio y final. Yo decido acabar con esto, fin. Aunque es el inicio de una nueva etapa, llena de sonrisas, lágrimas... pero sin tí. Estoy más que dispuesta.
Una vez más, adiós hasta nunca y buena suerte. Lo último podría habermelo ahorrado, pero tengo educación (careces de ello también). Ah, y otra cosa, puedes darte por aludido. De ahora en adelante si te veo no te conozco.
Fuiste, eres y serás.