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sábado, 24 de noviembre de 2012

Ser feliz


Siempre he pensado que era una persona fuerte, que sabía distinguir entre lo que merece la pena y lo que no. Siempre lo he dado todo hasta el punto de no importarme no recibir nada a cambio. Y básicamente hay un momento en el que te cansas de esperar, te cansas de ver como no recibes nada a cambio. Siempre creí que luchando se conseguían las cosas. Duele luchar por nada. Estaba convencida de que nunca me dejaría engañar y que siempre superaría todo lo que se me pusiese en mi camino. Pero entonces llegaste tú. Y hay un momento a lo largo de nuestra vida en el que te paras a pensar las cosas, a buscarle una respuesta a todas esas preguntas, al fin y al cabo no te van a llevar a ningún lado, y no tiene sentido seguir comiéndote la cabeza, de manera que abres lo ojos y lo ves todo más claro, aunque te cueste creer lo que estás viendo...
Creo que aunque vinieras con instrucciones tampoco te entendería. Supongo que en algún momento te das cuenta de que ya has hecho demasiado por alguien, que dar otro paso más ya es pasarse, que la única decisión que te queda es alejarte, y no es que estés renunciando o que no lo hayas intentado con todas tus fuerzas, es que llegas a entender que ya has sobrepasado la línea, que ya has hecho la idiota durante suficiente tiempo. Puedes creer en el destino y pensar que todo llegará, que tarde o temprano será tuyo, o también puedes pensar que hay cosas que nunca serán tuyas, hagas lo que hagas y por mucho que lo intentes, nunca lo serán. Me considero una persona luchadora y muy cabezota, de esas que no paran hasta conseguir lo que se proponen, de esas que son fan de la frase "Cueste lo que cueste" porque adoran el peligro que desprenden esas simples palabras. De las que cuando les dicen "nunca lo conseguirás" o "es imposible" tienen un motivo más para intentarlo. Pero en esta ocasión todo es muy diferente, no pienso perder mi tiempo en cosas que no merecen la pena, porque CUANDO A UNA PERSONA LE IMPORTAS, SE NOTA, PERO CUANDO NO LE IMPORTAS, SE NOTA AÚN MÁS. Hay momentos en la vida en que una sola decisión, un solo instante, cambia irremediablemente el curso de las cosas. Cuando decides querer a alguien o no quererlo, cuando decides tirar para delante, cuando decides seguir intentándolo, traicionar, mentir, jugar, ocultar, o cruzar la línea... Esa décima de segundo podrá hacer girar todo al lado oscuro o inundarlo de luz... Podrá hacer de ti un héroe, o un criminal... Podrá llevarte al cielo o al infierno, pero siempre te llevará a un lugar desde el cual nunca podrás volver atrás. Y aunque tú siempre serás mi excepción favorita, esa regla que rompí varias veces, esa que negué y eso a lo que dije "nunca más...", tu solito has decidido jugar mal la partida, tu has decidido jugar contra alguien que sabe jugar mucho mejor que tú. Esta vez la frase de "no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes" no va conmigo, porque me he dado cuenta de que HAY COSAS QUE ES MEJOR PERDER...Que una mujer nunca debe necesitar a nadie que no la necesite a ella y sobretodo que es mejor dejar ir a alguien que no le interesó quedarse, así que... hasta pronto y buena suerte.
(good bye en inglés, bone voyage en francés, sayonara en japonés, arrivederchi en italiano, adiós en castellano y que te jodan en mi idioma)
La vida se basa en momentos, y estos momentos de reflexión son los que sencillamente cambian el rumbo de tu vida.
También dicen que la felicidad es como una mariposa, te puedes pasar la vida intentando cogerla que no lo vas a atrapar, cuanto más la persigues más huye. Si te quedas quieto, ella viene y suavemente se posa en tu hombro...qué irónica puede resultar la vida a veces.

lunes, 19 de noviembre de 2012

pulgada a pulgada


Me cuesta recordar la última vez que fui feliz, lo que sentía al tenerte, la certeza de que no ibas a huir sin importar la guerra previa. Nos creía fuertes, construcción eterna con cimientos que ni el viento podría llevarse. Vivo negándome que te has ido, que no quieras volver a oír mis pasos cortos con tus zancadas largas,  sin querer volver al mundo real...Todo lo que me has dejado es un gran montón de mierda. Un enorme cúmulo de nadas. La cabeza llena de recuerdos que me parece impensable que no te torturen por las noches como a mí: Aquel raro diciembre, el invierno más frío y más bonito a tu lado,    las infinitas tardes de alegría, los secretos de la primavera, los atardeceres en "el banco de los enamorados", la misma hora y el mismo sitio los viernes, las discusiones sin sentido que siempre tenían reconciliación entre besos y caricias, los abrazos en el mar, los besos de sal, todas las vueltas con música callejera, bailes improvisados, bromas espontáneas, noches cortas observando estrellas, momentos mágicos que incluso me hacían pensar que todo lo que estaba viviendo era un sueño (muy bonito para ser cierto) , los insultos más dulces, los impulsos más increíbles, amor en estado puro, placer máximo...infinitos 'te quiero' lo más verdadero pronunciado por tus labios...las lágrimas más conmovedoras, las risas que arreglaban el mundo que un día quisiste comerte conmigo, las calles de esta ciudad que ahora me pesan, imaginándome a tu lado en cada esquina, en cada piedra que pisamos...cada beso que inventamos, cada sueño que tuvimos con la esperanza de poder hacerlo realidad algún día.

Acostumbrarme diariamente a repetirme mentalmente "no te gires, no corras hacia él, no le abraces, no supliques". Girar la esquina y secarme las lágrimas que no sé si alguna vez podré volver a contener. 

Te echo tanto de menos que he dejado de escribir.





Siempre miraremos la misma Luna

Si hubiera sabido que esa era la última vez que te vería dormir...Te habría abrazado hasta que mis brazos se rompieran. Si hubiera sabido que era el último beso...Aun estaría besándote. Si hubiera sabido que era la última vez que escucharía tu voz...La habría grabado para escucharla cada noche antes de dormir. Si hubiera sabido que esos eran los últimos momentos que te vería...Te habría dicho que te quiero, y no hubiera asumido tontamente que ya lo sabes. ¿Pero sabes qué? Que hay un mañana y la vida siempre nos da una oportunidad...Una oportunidad para hacer las cosas bien...Porque si todo lo que quedara fuera hoy...no te dejaría de repetir que te quiero. Y siempre estaré. Pero no de la forma que tú quieres. Gracias... Gracias por ser quien eres...por la sonrisa que me brindaste, por la alegría que me concediste. Gracias por abrirme el corazón. Y por las palabras de aliento. Gracias por preocuparte por mí y pasar las horas hablándome. Gracias por decirme la verdad... aunque a veces duela. Gracias por todo lo bello y lo grato que tú me has dado. Pero sobre todo gracias por formar parte de mi mundo. Aunque no puedo decir... gracias por no decepcionarme. Ahora en el siguiente silencio, me gustaría que todos pensarais en la persona que más queréis, y sonriáis... como yo sonrío.